22/11/2023

11 aniversario del Blog

Mi hermana siempre me ha dicho que las personas adolescentes (ella ha criado a tres), "adolecen". 

Yo siempre creí que esa era la etimología de la palabra hasta hoy que he averiguado que deriva del latín Adolescens (que significa “joven”) y Adolescere (que significa “crecer”).

Mi blog no es un joven que crece, claro está; pero sí algo que crece lento y tranquilo (demasiado, sí) con un alma joven, un alma que hoy cumple 11 años. 

Quisiera celebrar su aniversario contando algo que sea digno de relatar. Y lo he encontrado: cualquier andadura, este blog mismo, comienza con un paso, y este verano hice miles de pasos seguidos al realizar el Camino de Santiago del 24 al 30 de agosto. 
Y a decir verdad, todo camino es un viaje en sí, ¡y qué transformador es realizar un viaje hacia dentro! Esto lo hice también hace unos días yéndome a Denia a un Retiro de yoga kundalini y meditación, del 19 al 22 de octubre. 

El Camino de Santiago supuso para mí un reto, tanto físico como mental. Apenas me entrené a caminar un par de meses antes, durante máximo 1 hora. ¡Allí anduve 6 horas seguidas las dos primeras etapas! Lo conseguí sin "despeinarme". Me refiero a que no me salió ni una simple llaga en los pies durante los siete días tan intensos en los que me acompañaban tres amigas llamadas igual: las Cristinas. Tengo que especificar que lo hicimos en plan cómodo: nos alojábamos en hoteles y nos trasladaban la maleta.

La última etapa deseé hacerla sola, o mejor dicho, conmigo misma. Quería conseguir un mayor recogimiento, escucharme a mí, gestionar el tiempo a mi antojo. Fue sumamente enriquecedora la experiencia ya que la gente se abre ante el caminante solitario y la persona que camina sola se abre a la gente.


No obstante, esperé a mis amigas en la entrada de Santiago de Compostela para así compartir la alegría de pisar juntas la Plaza del Obradoiro y ver la Catedral.
Mis letras no pueden alcanzar a explicar la emoción que se siente después de todo lo caminado... En mi opinión, es un merecidísimo regalo contemplar tanto esa maravillosa Catedral como el júbilo de otras personas que han vivido lo mismo que tú.



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En cuanto al Retiro de yoga y meditación, yo nunca había hecho ninguno. 
Este se llamaba "RENACER", en la Escuela de Elena Gómez a la que pertenezco desde hace un año.


El lugar era fantástico y acompañaba el nombre del hotel: 
"Soul and Beach".


Yo puedo ponerme muy profunda cuando quiero, pero también soy muy escéptica en cuestiones como que "la energía se mueve", "hay que escuchar a tu niña o niño interior" o que "todo tiene una causalidad".
Pues bien, allí pude comprobar que cuando estás en esa onda, vibras en ella. Dejas de funcionar unos días con el piloto automático (aunque lo deseable sería siempre).
Tomas conciencia del momento que vives, de tu presente, poniendo los cinco sentidos en todo lo que haces, en lo que dices, en cómo piensas, hasta en lo que comes (por unos pocos días no importa)... En definitiva, en lo que sientes. Y lo cuentas. Y sabes que estás en un espacio seguro, que nadie te va a juzgar. 

Acaban surgiendo afinidades con algunas personas, cada cual con su mochila cargada de piedras de esas que todos nos encontramos en el camino de la vida, y es por ello que de allí me traje una "minitribu" (así nos llamamos) de 5 personitas fantásticas que, después de lo vivido y compartido, hacemos por ayudarnos a gestionar nuestras cuitas y "sostenernos". 
Me impactaron tanto algunos testimonios que lo primero que sentí al llegar a casa como nunca jamás antes, fue un intenso agradecimiento a la vida por tratarme tan bien.
Como muchos sabéis, el drama mío hasta el momento ha sido perder a mi padre. Fue algo irremediable y que, precisamente, me llevó a ese mundo del yoga y la meditación, buscando mitigar por mi cuenta el dolor.
Algún día quiero llegar a creer lo que dice Eugenio D’Orts: Meditar ayuda a amar y a vivir”, o lo que me dijo Elena en confidencia al oído.

Elena Gómez y yo

Pues bien, todo lo que he contado ha supuesto que, al volver a mi rutina y tener que lidiar con las cosas cotidianas, tuviera la impresión de que había llegado de otro planeta, incluso parecía que hablaba un idioma que mis congéneres no entendían. Era lógico, había muchos sentimientos encontrados y removidos, y todavía tenían que asentarse o recolocarse. 

                      Hace unos días 
Elena nos invitó a participar en un directo suyo en Instagram y así poder contar nuestra experiencia. Yo acepté, halagada y nerviosa a partes iguales, porque también esto era un reto para mí.

No quiero terminar sin añadir que, en Denia, conté a un encanto de chica (llamada como mi hermana, Isabel), que yo tenía un blog. Ella también tiene uno pero un poco abandonado, según me dijo. Nos empujamos a retomar cada una el nuestro y por eso estoy aquí, al menos para celebrar el aniversario del mío.

Y estoy muy agradecida esta vez a esa idea primigenia de hoy hace 11 años, que me permitió entonces aterrizar en esta interesante blogosfera y, sobre todo, conoceros.

06/07/2023

Mi abuelita cumple hoy 100 años

Consuelito de joven (en la foto) y yo

 
Dicen que los homenajes hay que hacerlos en vida. Valga, pues, esta publicación como homenaje a mi abuelita Consuelito que, 
nacida el 1 de julio de 1923,
  cumple hoy 1 siglo de vida. Se dice pronto… 
Para mí es motivo suficiente para venir después de mucho tiempo aquí a hablar de ella, 
pues he hecho de MI BLOG mi particular álbum de recuerdos.



Consuelito se casó con Julio (todo un Einstein en su época, además de hombre apuesto donde los hubiere).
De su matrimonio nacieron 3 hijas (mi madre, Consuelín, es la mayor). Luego sumaron 7 nietos (yo, Consuelo, soy la mayor). Y posteriormente llegaron sus 6 biznietos. 

Consuelito, Consuelín y yo

Todos somos su mayor riqueza, si bien ella siempre ha considerado su pequeño hogar como su bien más preciado. 
 
De ella tengo muchísimas anécdotas. Contaré algunas...
Mientras era joven celebrábamos las Navidades en su casa. Mi hermana y yo aparecíamos con los libros para hacer los deberes, y ella siempre decía "maestras... seréis maestras", que para ella era lo más. Y lo es, ser maestro o maestra.
Los sábados tarde íbamos a su casa a ver la tele y nos compraba galletas de chocolate, de esas cajas de varios "pisos" que llamábamos, y como nos gustaban más las forraditas con papel (que solían ser de chocolate), nos dejaba abrir "el segundo piso" antes de acabar el primero. También nos daba dinerito para ir la kiosco. Y así, podría contar un montón de cosas más, muestra de su generosidad.

Fue siempre "ama de casa". Y muy presumida, hasta el extremo de seguir poniéndose maquillaje y perfume, aún hoy, a su edad y a diario (lástima que sus pobres piececillos ya no le permitan ponerse los zapatos con tacón que tanto le gustan).

En el balance de su vida me consta que le pesan más las cosas buenas que las malas. Entre estas, la peor, sin duda, fue la muerte de su marido, así como la de sus 3 yernos, entre ellos mi padre  ✨

Mi padre, Consuelito y Julio
 
Como es normal, se asombra mucho ante los avances tecnológicos, desde los más simples (como que un teléfono haga fotos), a los más complejos (como que te hable un aparato llamado Alexa).

Os cuento un secreto suyo a propósito de las fotos y es que, como es tan coqueta, desde hace unos años no le gusta nada salir en ellas si no es con gafas de sol, igual que las artistas.

Nunca estuvo enferma ni lo está, y aún hoy conserva sus 5 sentidos, y el sentido común el que más.

Además de su fantástica genética, no me equivocaría al afirmar que su longevidad se debe a la conjunción de estos factores: terminar siempre la comida que tiene en el plato, resguardarse del frío, parecerle bien todo, dormir mucho y con la conciencia tranquila, halagar lo que puedas llevar puesto o cómo vayas peinada, y reír a carcajadas.

Imagino que algunas de estas cosas tendrán mucho que ver con todo lo que le ha tocado vivir y que es eso lo que ha conformado sus lemas de vida: rato que puedas pasar bueno no lo dejes escapar, y «lo que hui es negre, demà pot ser blanc», ¡optimismo al poder!

El sábado le hemos organizado una fiesta, que bien lo merece.

Yo siento adoración por  ella y, lo que es mejor, ella por mí también  💞









22/11/2022

Haciendo cuentas

Una canción actual que me gusta muchísimo: "Save your tears", de The Weeknd & Ariana Grande.

 



Dos de mis últimos libros leídos: "El año del pensamiento mágico" y "Noches azules", ambos de Joan Didion.



Tres de mis manías: arrimar bien las sillas a la mesa, los olores y la pulcritud.


Cuatro letras juntas:


 Mis cinco personas favoritas: mis cinco sobrinos.

Jr/Cris/Patri/M&M

Seis, las integrantes de mi grupo de whatsapp "Traveling girls".


El siete es mi número.

 

Ocho, hora de entrar a trabajar.

 

Nueve ciudades extranjeras que he visitado: Ámsterdam, Belfast, Budapest, Cardiff, Inverness, Londres, Nueva York, Tokyo, Turín.


Belfast (IRLANDA DEL NORTE)
marzo 2016


Lago Ness (ESCOCIA)
marzo 2017


Turín (ITALIA)
abril 2018


Budapest (HUNGRÍA)
agosto 2019


Ámsterdam (HOLANDA)
diciembre 2019


Tokyo (JAPÓN)
agosto 2020


Edificio Edge en New York (EEUU)
abril 2022


Diez... ¡DIEZ AÑOS son los que cumple hoy mi Blog! 

     


Dijo Charles Kettering (inventor): "Si haces algo como hace diez años, entonces existen muchas posibilidades de que lo hagas mal". Esta frase parece que rema a mi favor en cuanto a la gestión de mi blog en los últimos tiempos...

También he leído que una mujer llamada Marina Moreno (psicóloga) lanza la pregunta: "¿Qué le dirías a tu yo de hace diez años?".  Difícil pregunta...

Más optimista y menos moralizante es lo que dice Andrés Calamaro (cantante): "Si diez años después te vuelvo a encontrar en algún lugar, no te olvides que soy distinto de aquel, pero casi igual". Sí, soy "casi" igual. Por nombrar algo diré que sigo analizando mucho las cosas (mi gran defecto de fábrica), pero es en ese "casi" donde, obviamente, se encuentra la diferencia que no todo el mundo es capaz de ver...

Finalmente, como afirma James Baldwin (novelista): "El reto está en el momento, el tiempo es siempre ahora", frase con la que no puedo estar más de acuerdo.

Empecé esta aventura el 22 de noviembre de 2012. Desde entonces han pasado 120 meses, 3650 días, 87600 horas. Es mucho. Es una suma y resta continuos de experiencias, sensaciones, incluso modos de pensar, de vivir. De soñadas adquisiciones e involuntarias pérdidas en lo material, de conexiones inmediatas y rupturas definitivas en lo social, de apasionantes llegadas al mundo y de alguna que otra despedida dolorosa y para siempre en lo personal.

Es por ello que yo (simple libre Libra pensante que soy, en el sentido más amplio de los términos) creo que lo ideal y, a la vez sumamente difícil, es mantener un balance positivo o que el saldo esté, cuanto menos, equilibrado. Porque muchas cosas y situaciones no las puede controlar una misma persona y, por añadidura, no todo tiene el mismo valor.

Pero como coincido en lo de que EL TIEMPO ES AHORA, lo que ahora toca es celebrar que este proyecto mío, con sus idas y venidas, sigue con vida y cumple un año más. 

Los que me conocéis un poquito sabéis que me encantan las celebraciones, de ahí que me haya decantado por publicar un post especial con cosas personales, algunas de siempre, otras de hace algún tiempo y otras muy recientes. Porque en diez años todo cabe.

MUCHAS GRACIAS POR ESTAR AHÍ Poster | Amigastronomicas | Keep Calm-o-Matic 

 


01/09/2022

Todo, nada...

Uno de septiembre, día de vuelta al cole; bueno, al instituto; mejor dicho, a mi estimado lugar de trabajo, día de nuevos propósitos... Para mí no es el uno de enero la fecha señalada para empezar a hacer una dieta o, en otro plano más mental, decidir no "comerse más el coco". Para mí es hoy, uno de septiembre.


Por seguir con la jerga, diré que llevo más de un año sin alimentar a esta "criatura" de casi diez años (este blog, MI blog) y pensé que ya era hora de darle un dulce. Bueno, tanto como algo dulce no sé… Dejémoslo en achuchón. Si he dicho dulce es porque hace días leí esta frase: "A mí sí empalágame, el desinterés me aburre demasiado", y estuve de acuerdo con quien la escribió.
Por eso decidí que ya era hora de abandonar mi desinterés, entre otras cosas, por este espacio mío, donde puedo confesar que he vivido (casi) dos años muy duros, donde (casi) todo me ha dado igual, aunque a veces pareciera lo contrario. 
No he empatizado con las estremecedoras noticias que se daban de lo que acontece en el mundo, no me ha apetecido "dar cuerda" a unos agradables vecinos siempre dispuestos a conversar, he rechazado acudir a lugares masificados, he disimulado mi malestar en los frecuentes encuentros familiares de trece personas menos una, he pasado noches en blanco, y ha habido días en que no he hecho más que respirar, llorar y, como mucho, pensar.
Me he preguntado si esto era "normal" en las personas que están pasando por un duelo, pero si alguna cosa he tenido clara siempre es que cuando pierdes a alguien que quieres (y no sabías hasta qué punto), todo es normal y nada es normal. Sí, todo y nada. Todo estará incompleto siempre. Nada será mejor nunca.


En este periodo he leído, además de novelas, muchos y diferentes artículos sobre el tema, y si alguna frase me impactó en su momento en alguno de ellos es que la pena de uno es tan grande como uno quiere que sea. Caí en la cuenta de que yo hice la mía tan inmensa como yo la sentía. Mi cuerpo me lo pedía, mi mente le obedecía, y estaba bien así.


Pero el tiempo pasa, y aunque me sigue persiguiendo a deshoras la pregunta sin respuesta: "¿Cómo que ya no existes, papá?", la propia vida te empuja hacia adelante, y llega un día en que alguien te dice que estás más simpática, o tú misma te escuchas diciendo que cuenten contigo para ir a un concierto.
Sin pudor digo que yo no he hecho ningún esfuerzo por apartarme del punto en que estaba, no me sentía capaz pero, insisto, o es la inercia de la vida o hay algo en lo más profundo del ser humano que tira de ti para que esa pena no te mate y para que te muevas porque si no estorbas, y sin ser muy consciente de ello acabas dando la razón a una voz interna que, cual Pepito Grillo, te avisa de que de tanto decir no quizás llegue un día en que no encuentres nada a lo que negarte, aunque de momento a ti eso poco te importe.


Hoy es uno de septiembre y la vida sigue aunque tengas momentos de enorme tristeza, te consideren menos antipática, o vuelvas al trabajo después de unas largas vacaciones.




07/04/2021

Qué le voy a hacer si yo... nací en el Mediterráneo





Anoche me acosté con la idea de levantarme hoy temprano para pasear por la playa y recoger conchitas y caracolas. Hace casi un año que no lo hacía, desde que terminó el confinamiento, siendo como es una de mis aficiones favoritas. Luego con ellas completo una bonita colección que inicié hace muchos años con otras que me regalaron (fantásticas, por cierto). 

Equipada como iba yo con un saquito que pretendía llenar, pronto me di cuenta de que apenas había. Igual es que me las llevé yo todas en su día, pensé. 

El tiempo no acompañaba, la verdad, pero al menos tenía toda la playa para mí. Bueno, toda para mí no, pues pronto divisé una pareja que paseaba con un perrito. Cuando llegué a su altura, agachada como estaba contemplando la belleza de una original piedra en forma de corazón, oigo que el hombre me grita: "¡Muchachaaa, que te pilla una ola!". Y me pilló. Con agua en los tobillos, -lo que suponía zapatillas, calcetines y bajos de los vaqueros mojados-, qué más daba ya que me llegara hasta la rodilla. Si digo esto es porque atravesé una zona acuífera, ante la que ellos se detuvieron, para acceder así al otro lado de la playa. Ahora sí que era toda para mí. Bueno, tampoco. Hubiera sido toda para mí si no hubiera sido por un chico que manejaba un tractor para allanar la arena. Seguí avanzando despacito, mirando aquí y allá, abstraída en mis pensamientos, hasta que me di cuenta de que el ruido del vehículo cada vez estaba más cerca. Y tanto, como que iba detrás de mí, a mi ritmo. Yo prisa no tenía. Por un momento pensé que era yo la que estaba entorpeciendo su trabajo, me paré y le miré pero él con la mano me indicó que siguiera, que siguiera... Quizás estaba aburrido y con ganas de jugar, pero os puedo asegurar que el jornal no se lo ganó. 

Cuando ya me dispuse a volver a casa encontré un arsenal de caracolas. Llené el saquito hasta que no dio más de sí y pensé que lo mejor sería marcharme y regresar otro día a ese lugar en concreto.

Ya en casa, puse todas las conchas y caracolas en remojo para dejarlas bien limpias, como podéis ver en el vídeo de inicio. A veces las regalo, como hice ayer con una amiga, y tal vez por eso me acosté con esa idea de hoy buscar más.

Ahora estoy agotada y no es para menos, ¡habré hecho cientos de sentadillas! Pero una cosa tengo clarísima: si hubiera tenido que hacer estiramientos con los brazos en alto para rozar (¡tan solo con la yema de un dedo!) a mi padre -que desde el cielo me decía que ya llevaba los pies mojados demasiado rato "i els constipats entren pels peus”-, sin duda hubiera hecho, no cientos sino millones.



Este post va también por ti, papá. Casi va a hacer 6 meses que nos dejaste y parece que fue ayer.